Ya no duele recordarte.

Hoy me he armado de valor para volver a escribir algo dedicado a tí,y ya han pasado dos meses y 7 días desde que te fuiste. He logrado aparcar todos tus recuerdos en un rincón, y ya no me alcanzan. Ya no duele mirar a esos largos días de verano que convertiste en  especiales,  simplemente porque me hacías volar sin alas. Ya no duele recordar que un día eras tú el que me daba la mano, el que me ayudaba a seguir adelante pese a cualquier cosa. A veces me da pena; porque la persona que meses atrás era el centro de mi mundo, ahora se sienta a medio metro de mí y yo no siento nada, incluso soy capaz de no mirarle. Increíble, ¿no?.
Ahora los días tres de cada mes han pasado a ser eso, simples días, ya no hay nada que contar, entre nosotros ya no pasa el tiempo. El otro día fui capaz de borrar todos tus mensajes, todas tus promesas y todos tus te quiero. Ya no habrán mas 'siempres', ya no habrán mas quedadas por la mañana, ya no quedarán miradas cómplices, ni sonrisas, ni besos, ni abrazos.
 Sé que no voy a poder olvidarte nunca, pero al menos ya no duele recordarte.

Loveú

Vale. Vamos a empezar por el principio. Aquél primer día que nos vimos. Tal vez no fue nada especial, tal vez ninguno de los dos nos imaginaramos esto, tal vez quedaba mucho por recorrer. Poco a poco, día a día, fuimos cogiendo confianza, y nos reíamos juntos. Poco a poco las risas eran abrazos, y sin quererlo empezamos a sentir algo. Había algo que me empujaba a sonreirte cuando pasabas por mi lado, o a decirte hola con la voz entrecortada. Y ayer, justo ayer, me hiciste pasar uno de los días mas bonitos que recuerdo, por el simple hecho de cogerme de la mano. Porque no me diste sólo la mano, me diste mil razones para levantarme por la mañana, por las que mirar como una tonta el móvil cada dos por tres, por las que respirar sabiendo que hay alguien que valora mis latidos. Pero, ¿sabes? Yo no quiero que me prometas un para siempre si no estás dispuesto a cumplirlo, me basta con que me digas te quiero al oído cada vez que te apetezca, simplemente para saber que lo haces, me basta con que me cojas de la mano, con que me hagas reir. Me basta tan sólo con que me hagas feliz, que me protejas de todo lo que me duele, y estar tras mi espalda si algún día me caigo.

Han inventado solución al frío, y al calor. A la lluvia y al Sol. Han puesto solución para el imsomnio, y para los nervios. Existen soluciones para ser más fuerte, para adelgazar, para inmortalizar momentos, para saber qué día es, y para saber la hora. Soluciones para ser más alto, para ver bien, y para esconder imperfecciones, también para detectar mentiras. Existen soluciones para vivir y para morir. Tienes solución si no te gusta tu color de pelo, o que sea liso o rizado, o si no te gusta  tu color de ojos, o tu nariz,o tu pecho. Para cada problema; una solución. Entonces dime cómo coño te puedo olvidar.

Alergia a olvidarte.

No, no quiero que me saludes, no quiero que, cuando pase por tu lado, me sigas con la mirada. No quiero que me dediques más estados, ni que me sonrías cuando pasas por mi lado. No quiero escuchar esa canción, esa que tanto suena a tí, ni  volver a mirar el cielo, y saber que ya no es aquel cielo que estaba encima de nosotros aquella tarde en que empezó todo. No quiero torcer la esquina, porque hay un 90 % de probabilidades de que tú andes por allí, y se me caiga el mundo encima, porque sé que ya no puedo abrazarte. No quiero volver a ir a ese parque, ese parque que tanto huele a tí, y recordar que justo allí te fuiste llevando sin querer toda mi ilusión en cada beso. No quiero que suene el móvil y que yo siga pensando que eres tú. No quiero que me preguntes que cómo estoy, y tener que mentirte y decirte que todo va bien sin tí, y no quiero que te despidas de mí con un te quiero. Porque, ¿sabes qué? No quiero recordar que un día fuiste para mí, y yo sigo siendo tuya.

Perdiendo también se gana.

Hay un momento en la vida, en el que todo va mal. En el que por una cosa o por otra, todo deja de funcionar, de seguir su camino, todo se para y se hunde, y no sabes cómo ni cuándo pasó todo eso, sólo sabes que ya no tienes nada. Que de un momento a otro, te has caído en un agujero y que no puedes salir. Pero, ¿sabes una cosa? Justo ese momento no es el momento de perder la ilusión. Porque si tocas fondo, no hay más opción que salir a flote, no hay más opción que de que todo cambie; nueva vida. Dejarlo todo atrás y empezar de nuevo, olvidarte de todo lo que un día te hizo daño, y sonreir. Sonreir porque después de todas la lágrimas, hoy puedes ser feliz.

''Nunca te hundas cuando todo va mal,  busca los buenos momentos y disfútalos, porque todo lo malo viene solo, y los buenos momentos sólo los consigues tú; estando mal sólo alargas el sufrimiento.  Piensa que no siempre un resbalón significa una caída, y que perdiendo también se gana.''

Granada ♥

Dicen que es verdad, que se oye hablar
en las noches cuando hay luna en las murallas
Alguien habla..
Nadie quiere ir, en la oscuridad
todos dicen que de noche está la Alhambra embrujada
por el moro de Granada.

Dicen que es verdad
que su alma está encantada por perder un día Granada, y que lloraba.
Cuando el sol se va se le escucha hablar
paseando su amargura por la Alhambra, recordando y llorando por Granada.

Dicen que es verdad, que nunca se fue
condenado está a vivir siempre en la Alhambra, y a llorarla.

Al aterdecer cuentan que se ve entre sombras la figura de aquel moro
Hechizada por perder un día Granada.

'Yo no decidí nacer en Granada, simplemente tuve suerte.'