Abro la puerta, y está todo desordenado, como siempre, o como nunca.. Me tumbo en mi cama y apago la luz, y tal vez, sólo tal vez me pongo los cascos y escucho algo lento. Es instantáneo, me pregunto cómo he llegado hasta aquí, cómo he logrado abrir tantas puertas y cómo se me han cerrado otras en las narices. Pienso en mis caídas, y en como me he levantado de todas ellas, alomejor me da por pensar en cómo te cruzaste por mi camino, o en cómo dejé atrás a tanta gente. Pienso en todas las personas que me falta por conocer y a las que voy desconociendo por momentos; pienso, quizá, en los abrazos que me han dado o en todos los que me quedan por dar. Pienso en mi risa, y en cómo se entrelazaba con la tuya, y en cómo olía tu cuello aquella noche, y aún puedo oír tu respiración detrás de mí. Pienso en todas las toneladas de chocolate que me he comido, pienso en todas esas veces que me he tirado en el cesped, y mirando al cielo azul intentaba darle forma a todas las nubes. Pienso en todas las veces que, aún estando rodeada de gente me sentía sola, o en todas las que, estando sola, estaba bien. Pienso en todas las promesas que hice y se las llevó el aire, y en todas las que se rompieron, en los siempres que acabaron o en los ''nunca más'' que siguen sucediendo. Y después de estar horas y horas pensando, he llegado a la conclusión de que no tengo ninguna.

Hagamos una locura.

Llevo 24 horas sin verte. Y creeme que respirar no es lo mismo si el aire no huele a tí. Que cada vez que oigo tu nombre recorre un escalofrío por todo mi cuerpo, y entonces lo sé; vives en mí. Porque sabes acariciarme como nadie, y haces que me estremezca con sólo un susurro. Que mis sueños duermen debajo de tu ombligo, y mis ilusiones viven en los entrelazos de nuestros dedos cuando me das la mano. Que me gustaría vivir eternamente en tu sonrisa, esa que me levanta cuando me caigo, esa que resume toda mi felicidad. Que me pierdo en tu mirada. Que te quiero como no había querido nunca a nadie, y me haces sentir como nunca antes lo había hecho.

''Sentada en un banco miré mis zapatillas y pensé en tí, y en cómo hasta ayer detestaba los ojos verdes. ''