Odié odiar.

Siempre odié el diminutivo de mi nombre. Odié que me llevaran siempre la contraria en temas en los que nadie tenía idea de nada. Que la gente hable y hable sin parar a escuchar primero. Odié no poder salir de esta jaula, odié la impotencia de no poder volar lejos de aquí. Odié siempre no saber bailar cierto tipo de canciones, o no pronunciar bien esa palabra en inglés. Odié siempre que todo se acabara; los puntos finales. Odié que me hablaras de esa manera y que me sintiera tan cohibida. Odié no poder salir y decirle que le quiero como el primer día, simplemente porque ya no quiere escucharme. Odié saber que tenía razón todo el mundo menos yo, y darme cuenta cuando era demasiado tarde. Odié que algunos días acabaran, y que otros empezaran. Que el destino la tomara conmigo y me cambiara tanto de posición. Odié siempre la música que todos no paran de escuchar. Salir de mi burbuja,de mi mundo. Odié no encontrar algo, y perder el lápiz del color que necesito justo ahora. Odié ser tan precisa. Y creo que siempre odié que la gente me tuviera como alguien diferente y especial, y que yo me mire al espejo y sea una más. Odié que la gente odie que haga lo que me de la gana, cuando me de la gana y de la manera que me da la gana. O no encontrar las palabras precisas para el momento preciso. Y equivocarme. Odio tanto no poder terminar esta lista...